Tuvo su origen hace muchísimos años
en la ciudad de Tulcán, tratándose de una mujer que acostumbraba a
lavar la ropa en el río Bobo y lo hacía frecuentemente a partir de las
cuatro de la mañana,
tenía un lugar señalado, donde se encontraba una piedra grande, al pié del río.
Cierta madrugada, mientras lavaba la ropa se le presento un personaje conocido parado en la mitad del puente vestido completamente de negro y llamó insistentemente a la mujer, esta se acercó a él con temor, ya que eran horas de la madrugada; pensó que podría reconocerlo, pero sucedió que el forastero le solicito comedidamente que le vendara los ojos con una venda que la tenía en las manos, ella atendiendo tal suplica lo hizo y ante su asombro el extraño personaje se lanzo del puente y cayó de cabeza, exactamente sobre la piedra en la que ella solía lavar la ropa.
El cuerpo del extraño se esfumo en el agua y desapareció sin dejar rastro, como tampoco fue encontrado su cadáver por más que fue buscado y nadie dio razón de él. Mientras tanto, la lavandera del rio Bobo, luego de tal espectáculo, entro en depresión nerviosa y después de algunos días murió ante el asombro de quienes conocieron este suceso.
Cierta madrugada, mientras lavaba la ropa se le presento un personaje conocido parado en la mitad del puente vestido completamente de negro y llamó insistentemente a la mujer, esta se acercó a él con temor, ya que eran horas de la madrugada; pensó que podría reconocerlo, pero sucedió que el forastero le solicito comedidamente que le vendara los ojos con una venda que la tenía en las manos, ella atendiendo tal suplica lo hizo y ante su asombro el extraño personaje se lanzo del puente y cayó de cabeza, exactamente sobre la piedra en la que ella solía lavar la ropa.
El cuerpo del extraño se esfumo en el agua y desapareció sin dejar rastro, como tampoco fue encontrado su cadáver por más que fue buscado y nadie dio razón de él. Mientras tanto, la lavandera del rio Bobo, luego de tal espectáculo, entro en depresión nerviosa y después de algunos días murió ante el asombro de quienes conocieron este suceso.
Cuentan que por los años de 1940,
en la ciudad de Tulcán, a pretexto de una ola de frió y de cierta
holgura económica por la baja del peso colombiano, habían aumentado
escandalosamente en número de bares,
cantinas, discotecas y otros lugares más
destinados a la diversión mal sana, por lo mismo se estaba fomentando
el vicio de la corrupción de nuestra sociedad.
De la hacienda el Rosal se había
extraviado uno de los mejores toros, de color barroso, de sólida grande y
filuda cornamenta, por lo que su propietario ofrecía una magnífica
recompensa.
Mientras tanto, se dice que en la ciudad
de Tulcán apareció un toro de las mismas características del animal
perdido que corría las calles de la ciudad, luego de las doce de la
noche, completamente enfurecido, bufando y votando espuma por el hocico,
y por lo tanto envestía a cuantos encontraba a su paso que
regularmente, después de las reuniones de diversión y haber injerido
abundante aguardiente se iniciaban los escándalos que terminaban en
destrucción del local y a continuación salían a las calles y proseguían
con peleas y como resultado: muertos y heridos.
LA DANZA DE LOS DUENDES
Los duendes son unos hombrecitos que se paran en una piedra y bailan sombrero en mano haciendo un ruido insoportable; todo caminante que escuche danzar a los duendes deben encomendar su alma a dios y pasar rapidísimo antes de que lo en duende…
Las versiones acerca de estos personajes son muchas, dicen que estos seres viven en las quebradas, particularmente en aquellas cuyas aguas se precipitan en tono de cascada, esos lugares son favoritos de los duendes que visten estrafalariamente y usan sombreros enormes y calzan en ocasiones alpargatas y en otra zapatos como los de payasos de circo; su indumentaria está de acuerdo con los días de la semana, pero generalmente usan colores vivos, las horas preferidas para sus reuniones son el medio día y las seis de la tarde.
Hacia el sur oriental de la provincia del Carchi, existe un lugar conocido como Duendes el que ha sido temido desde hace mucho tiempo, por allí pasa la carretera orlen tal que fue cincelada por el indómito coraje Carchense, abriéndose paso por entre verdaderos farallones para lograr una ruta que comunique a los pueblos con el resto del país.

Las leyendas más populares de Mira
tratan sobre Las Voladoras, las mismas que han sido transmitidas en
forma oral a través de varias generaciones. Estas leyendas se refieren a
las hechiceras, magas, brujas o voladoras que habitaban en nuestra
ciudad, así como también en Urcuqui y Pimampiro formando un triángulo
perfecto entre estas 3 poblaciones, las mismas que se caracterizaban por
llevar y traer noticias desde cualquier lugar del mundo de manera
inmediata,
El guagua negro se asoma cada noche
de luna en el paso del Nudo de Boliche y lo hace a toda persona que
tiene mal corazón. Hay varias versiones acerca de esta leyenda. Su paso
es obligado para todo viajero que quiere llegar a Tulcán. La jornada se
inicia en el antiguo pueblo de Orejuela, hoy llamado Julio Andrade y
tomando la cuesta de " Culebras ",
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